La nave OSIRIS-REx, que hace un par de meses logró recolectar muestras del asteroide Bennu, ha sido designado en una nueva misión por la NASA: acercarse al peligroso Apophis.
Cuando se descubrió el asteroide Apophis en 2004, parecía dirigirse hacia la Tierra con un riesgo de impacto en 2029 con resultados potencialmente catastróficos. Esta roca de 340 metros de ancho es mucho más pequeña que la que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, pero es lo suficientemente grande como para destruir una gran ciudad.
Así que fue un gran alivio cuando nuevas observaciones de la órbita de Apophis permitieron a los astrónomos calcular que en su encuentro con nosotros en 2029 pasará a 30 mil kilómetros, una décima parte de la distancia a la Luna. Esto significa que no hay riesgo de que golpee o cause algún daño en el planeta, por más que la distancia sea una de las más pequeñas de los últimostiempos. En dicho año, las personas en Europa y partes de África puedan verlo a simple vista mientras pasa volando.