La Fundación Rehabilitarte estimó en la edición de septiembre de su monitoreo “¿En Cuánto el Récipe?” que una persona con trastorno de ansiedad generalizada requiere al menos $10,98 o Bs. 378,04 para costear un tratamiento mensual prototipo (Sertralina 100 mg y Clonazepam 0,5 mg).
Es decir, se necesitan casi tres sueldos mínimos, el cual se sitúa en Bs. 130, para poder costear estos medicamentos. Cabe reiterar que dicha cifra se basa en un tratamiento prototipo, sin embargo, en la práctica cada caso se debe evaluar de manera individual.
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por un estado de alerta constante y una preocupación persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso asuntos comunes de rutina. La preocupación es desproporcionada con respecto a la situación actual, es difícil de controlar y afecta las relaciones sociales, el desempeño laboral, académico y genera un malestar clínicamente significativo.
Por otro lado, durante agosto se registró un aumento promedio del 15% en el precio de los psicofármacos. Dicho porcentaje se basó en 31 farmacias distribuidas en 11 parroquias de la capital zuliana.
Los anticonvulsivos lideraron este incremento con un 85%, seguidos de los ansiolíticos con un 35%, los antipsicóticos con un 33% y los moduladores del estado de ánimo con un 5%. En contraparte, se determinó en septiembre que los sedantes disminuyeron su precio en un 49%.
El panorama actual de incremento en medio de una economía casi “dolarizada” hace que la salud se convierta en un derecho de difícil acceso para los zulianos, tomando en cuenta que las instituciones públicas no cuentan con los recursos suficientes para cubrir la demanda y la economía no propicia un escenario en el que las personas puedan acceder a la salud ni salud mental de manera adecuada.

Los psicofármacos escasearon más del 60% en comparación con agosto
La Fundación Rehabilitarte determinó en su monitoreo de septiembre que los medicamentos psiquiátricos escasearon en promedio un 60,5%. Durante dicho mes destacó una lista de 16 medicamentos que estuvieron totalmente escasos.
Dicho índice lo lideraron los estimulantes con un 100%, seguidos de los anti parkinsonianos con un 80,6% y los ansiolíticos, cuya carestía se situó en un 73,5%.
Finalmente, instamos al Estado a dotar de recursos y potenciar las estructuras de atención en salud mental, para que quienes padezcan algún diagnóstico, entre ellos el trastorno de ansiedad generalizada, puedan contar con una alternativa digna. También recomendamos a las agencias que coordinan la respuesta humanitaria en Venezuela incluir a la salud mental en sus programas de asistencia. Cabe destacar que la salud mental es un derecho humano que debe estar al alcance de todas las personas.




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