El Gobierno de Biden planea eliminar las restricciones pandémicas para pedir asilo, que afecta, sobre todo, a mexicanos y centroamericanos. Esta decisión está generando un nuevo conflicto entre demócratas y republicanos. Un feroz debate está generando en Washington los planes del presidente estadounidense, de levantar el próximo 23 de mayo las restricciones para pedir asilo en la frontera de su país con México, conocidas como Título 42.
Mientras los políticos discuten sobre si es el momento adecuado para eliminar la polémica ley de la era Trump (2017-2021), un juez federal quiere frenar su derogación.
Al mismo tiempo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han informado que la situación del COVID-19 en el país está bajo control. Pero, ¿de qué se trata exactamente esta ley y qué está pasando realmente?
El 20 de marzo de 2020, al comienzo de la pandemia del coronavirus, los CDC emitieron una orden de salud pública que tenía como objetivo detener la propagación del SARS-CoV-2, pero terminó principalmente con el derecho al asilo. La orden permite a los funcionarios fronterizos expulsar de forma inmediata a quienes tratan de ingresar irregularmente a Estados Unidos a través de México y Canadá. La única excepción de esta medida, que ha sido extendida varias veces, son los menores no acompañados.
Los inmigrantes que son detenidos bajo el denominado Título 42, llamado así por el código que permitió su emisión, no son retenidos en áreas especiales para hacer un debido procesamiento, sino que son inmediatamente expulsados a México, si son de ese país o de Centroamérica. Si son de otro país, son trasladados en avión. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), desde que se implementó esta política, se han deportado a 1,7 millones de personas.
¿Por qué genera controversia?
La eliminación del Título 42 ha sido saludada por los defensores de los derechos de los inmigrantes, pero criticada por los representantes republicanos. Una posición contradictoria, pues el Partido Republicano ha insistido en terminar con las restricciones pandémicas, pero derogar el Título 42 les parece un error peligroso. Según ellos, esto agravará la inseguridad y el caos en la frontera frente a la llegada masiva de inmigrantes.
“Los republicanos quieren usar el Título 42 como un arma política en las elecciones de medio término de noviembre, y así aumentar el miedo que tiene una parte de los estadounidenses a una llegada masiva de inmigrantes a sus fronteras”, explica a DW la experta en temas migratorios Maureen Meyer, vicepresidenta para Programas de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
En esa misma línea, Ana Saiz, directora de la organización civil mexicana Sin Fronteras, cree que se trata de “un simple pretexto” de los republicanos que está cargado de “prejuicios xenófobos”: “El avance del coronavirus no depende de los inmigrantes, porque un 70 por ciento de ellos están vacunados. El Título 42 es una medida de contención de la inmigración bastante ineficaz, porque, por ejemplo, la gente que llega a la frontera, es deportada inmediatamente sin un récord de antecedentes y los mismos terminan intentándolo otra vez”, señala.
Obligaciones internacionales
El racismo y la discriminación, agrega, le están dando al asilo un tinte político, que se ha hecho evidente, sobre todo, en las últimas semanas, cuando inmigrantes ucranianos obtuvieron excepciones para que pudieran cruzar la frontera y solicitar refugio, mientras centroamericanos, mexicanos y haitianos seguían siendo devueltos. Para la Maureen Meyer, eso refleja mucha “hipocresía” por parte de las autoridades. “Los haitianos, por ejemplo, están siendo devueltos en avión a su país, donde matan presidentes, hay violencia de pandillas y varios desastres naturales”, sostiene.
Al respecto, la activista Saiz recuerda que, manteniendo el Título 42, EE. UU. “está dejando de cumplir sus obligaciones internacionales, porque el principio fundamental de la Convención de Ginebra de 1951 es la no devolución de personas a un país donde se enfrentan a amenazas contra su vida, sin antes llevar a cabo un procedimiento de asilo”.