El voraz incendio comenzó en la mañana del martes (hora local) en Pacific Palisades y se propagó rápidamente debido a los fuertes vientos provenientes de Santa Ana.
- Otros episodios menores, pero igualmente peligrosos, se desataron en áreas como Altadena y Pasadena.
- Se trata de una de las ‘tormentas de fuego’ más destructivas que hayan azotado la región en lo que se recuerda. Al menos 11 personas han muerto y más de 180.000 fueron evacuadas. El fuego dañó o destruyó ya más de 9.000 edificaciones, dejando a miles de vecinos sin sus hogares.
Vientos de Santa Ana
Una de las principales causas del cataclismo natural son los llamados vientos de Santa Ana, que aumentan en otoño e invierno.
Cuando los efectos de los sistemas de alta presión se desplazan de este a oeste sobre la cordillera de Santa Ana, el viento es forzado a descender donde se comprime y se calienta.
Las velocidades del viento ya han superado las 60 millas por hora (unos 96 kilómetros por hora) y podrían alcanzar las 100 millas por hora (unos 160 kilómetros por hora) en las montañas y estribaciones.
Según el climatólogo John Abatzoglou, estos fuertes vientos, junto con la gran población de la ladera donde se produjeron los incendios, casi equivalen a una “receta para el desastre”.
El efecto del “secador atmosférico”
Como afirma Daniel Swain, científico experto en climatología de la Universidad de California, citado por Sky News, los vientos crean un efecto de “secador atmosférico” que “secará aún más las cosas”.
“Así, algunos de los vientos más fuertes se sentirán al principio del fenómeno, pero la parte de la vegetación más seca vendrá al final, así que en realidad habrá un período muy largo de alto riesgo de incendio”, indicó.
Sequedad y falta de precipitaciones
La estación seca que precedió a los incendios también contribuyó a su rápida propagación.
Más del 83 % del condado de Los Ángeles padecía una sequía, según el último Monitor de Sequía de los Estados Unidos. Además, Los Ángeles no ha recibido ni un cuarto de pulgada de lluvia desde abril, informó Accuweather.
Como afirma el Washington Post, la lluvia suele impedir que los vientos de Santa Ana, que aumentan en octubre y pueden soplar durante todo el invierno, provoquen grandes incendios forestales.
Expansión urbana
Algunos de los barrios más codiciados del área metropolitana de Los Ángeles salpican las calas situadas en los bordes de estas cadenas montañosas.
Según Janice Coen, científica de proyectos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Colorado, el desarrollo de estas zonas también ha aumentado el riesgo de incendios forestales.
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